Primeros días en España

Echo de menos todo. Echo de menos a la gente, sus sonrisas y sus «buenos días». Ya no desayuno idli, el café con leche ha ganado puestos al chai por desgracia.

Estoy viendo Españoles por el Mundo Madrás. No puedo haceros una presentación mejor que esta del estado en el que he estado, Tamil Nadu. La capital es fea, ruidosa y odiosa, pero se quiere igual. Me he emocionado al recordar todas las experiencias y, es que los tópicos, en mi caso, aunque los deteste, son ciertos; «He vuelto cambiada, yo ya no soy la misma.»

La semana que viene hay un festival de yoga, si reúno el dinerito suficiente me compraré el pase de un día, la academia MIR me impide ir todos. Me he aficionado al yoga ashtanga, a la meditación, a los mandalas y a . No sé cómo será aquí, pero allí, de buena mañana en la playa, viendo amanecer y rodeada de amigos… ¡Qué afortunada he sido!

Os quiero ir contando poco a poco mi viaje, ya que muchos estáis en la distancia y es a través del blog la única manera que tenéis de saber de él. He vuelto sana y salva, con mucha energía y muy feliz. El clima me parece un regalo divino tras mi verano en la India. He estado con mis amigas el fin de semana de festival, un lujo teneros cerca y desocupadas otra vez. Pero iré contando cositas a lo largo de estos meses de estudio.

Vanakam,

Nandri.

Primeros días en España

Nandri-Nani-Thank you-Gracias

Mañana vuelvo a casa, voy a intentar escribir lo que he vivido estas semanas en India durante los próximos días. Os debo muchas entradas y muchas anécdotas. Poco a poco os iré contando, el acceso a internet ha sido voluntariamente limitado. He intentado vivir el «aquí y ahora» en todo momento, sin redes, sin correo, sin noticias.

Es por eso que no me había enterado del terremoto. Gracias por todos los mensajes, estoy estupendamente en Chennai. Es mi última noche, me alojo en un hotel con wifi y agua caliente, mañana ultimo compras y al aeropuerto. ¡Qué rápido ha pasado el tiempo!

Este post es un agradecimiento general. Especialmente a todos mis patrocinadores. Os debo la mejor experiencia de mi vida, sin duda, de la que más he aprendido sobre mí misma y el mundo en el que vivo. Un inmenso «GRACIAS» para mamá, porque aunque temblando de miedo, me ha apoyado desde el principio en esta aventura.

Muchísimas gracias a los que me habéis ayudado y apoyado en los momentos difíciles de la preparación. Gracias a las personas que han compartido su experiencia conmigo. Muchísimas gracias a todos los compañeros de viaje (ninguno entenderá castellano, no pasa nada). Nandri, para los tamiles; nani, para los keralíes. Reconozco que India puede parecer un país pobre, una potencia en desarrollo, pero me atrevo a decir que es un país tremendamente rico. Rico, sí. Su gente, en mi opinión, es su mayor riqueza.

Estoy deseando volver y daros un fuertísimo abrazo.

GRACIAS,

Jen.

Nandri-Nani-Thank you-Gracias

No bus to Kodaikanal

No bus? Really? ¡Vaya qué pena! Me toca quedarme un día más en esta ciudad limpia y con wifi, estoy realmente disgutada. «Yo no quería, pero no tuve más remedio» podría decir, pero la verdad es que necesitaba unos días de reposo y de turismo de sofá y mar. Y Pondicherry es perfecta para ello. No os quiero hablar de mi dolor de espalda, maldita mochila pesada, ¡A la mierda los manuales medio leídos de Amir y otras tantos «por sis..».

Tengo mis pequeños trucos, como comer como los locales, para poder permitirme unos zumillos y cafés en las hermosas cafeterias de Pondy. Los precios de la comida francoindia son como en España, así que solo me permito pequeños lujos, llámalo iced tea o helado de pistacho. Hay bastante para ver por aquí, pero mi cuerpo pide terracita, libro y poco más, así que solo he visitado el Ashram de Sri Aurobindo, el paseo marítimo, las iglesias y las calles coloniales.

Viajar sola me permite conocer y conversar con mucha gente, algunos viajando, otros del lugar. En general, hay un sentimiento de unión entre los turistas, nos saludamos e incluso compartimos horas o días enteros, es uno de esos grandes regalos del viajero solitario. Ya no sé a cuantas personas he conocido, pero he escuchado historias fascinantes y compartido muchas, pero muchas, confidencias. Era mi viaje sola, pero sola completamente estoy poco tiempo.

No bus to Kodaikanal

Marzo

Comienzo la entrada despidiéndome de la gente que convirtió marzo en el mes más bonito, estos mocosos que van desde los 6 hasta los 12 años han sido una fuente inagotable de luz y cariño. Nandri, nandri y más nandri.

El niño aquí es tratado de forma muy distinta, es un pequeño ser adulto, sin privilegios, sin protecciones, están mucho más expuestos a la realidad desde una edad temprana. Se lavan la ropa, lavan los platos, cuidan de ellos mismos como tú y como yo, se curan  entre ellos y lo hacen fenomenalmente bien. Esto se mezcla con canciones, juegos y cuentos.Choca escuchar como relatan la muerte de sus progenitores entre carcajadas, o cuentan los problemas de adicción, especialmente al alcohol, de sus papás que han destrozado su familia con una gran sonrisa en la cara, para ellos forma parte de su normalidad. Por no contar el hambre, la suciedad o el miedo que han pasado. El alcoholismo es mucho más prevalente en este país de lo que me imaginaba, sumado al machismo y la pobreza del país, podéis haceros una idea del papel que le queda a la mujer y críos destinados a vivir con tal panorama. Es espeluznante. Ya contaré en otro post cómo es la educación aquí, pues como buena aficionada a la pedagogía merece una entrada aparte.

Como voluntaria, no es tanto la ayuda que yo he prestado como la experiencia que me llevo conmigo. Y esta es mi única conclusión pública. Cada vez me reafirmo más en la creencia de que no hay experiencias buenas o malas, sino que todo forma parte de un continuo aprendizaje. Ha sido una experiencia completa y muy ligada a la realidad de aquí, lo cual es todo un regalo. Como bien sabéis esta es la mitad de mi proyecto, la otra parte, recorrer el Sur de la India, la comienzo hoy. Empieza mi primer mes de vacaciones full-time, porque desde hace años las he tenido solo part-time.

Marzo

«Me bajo del avión, me pinto, me visto y pum, ya estoy».

He de reconocer que he tenido mi primera crisis creativa, tan sólo dos semanas después de empezar esta aventura del blog. «¡Qué desastre!» diría mi querida Clara. El por qué de esta falta de ideas no lo sé bien, pero me siento como la mujer embarazada a puntito de parir que repetía en la segunda planta del hospital «que salga de una p… vez». Así estamos a estas alturas, señores. Y es que ya ni recuerdo cuando empecé con la historieta del viaje a India.

Los preparativos están siendo pesados, un tanto tediosos. Esta semana pasada ha sido frenética, viaje a Madrid, visita y reunión con la Fundación, trabajos, estudios, odioso multitasking y grandes dosis de cansancio acumulado. Todos los ingredientes para un perfecto embotamiento mental.  

He de pedir disculpas, porque como buena ambivertida, he dejado atrás mi fase extrovertida y estoy de lo más introvertida. Encerradita en casa, leyendo, viajando, documentándome desde el sofá. Y es que desde hace un tiempo soy consciente que estar sola y sin estímulo social es lo único que me carga las pilas. Siento no haber podido ver a la gente de la capital, se os quiere y se os echa mucho de menos. También pido perdón a toda la gente nanovalenciana que no voy a poder ver antes de partir. Pero me tendréis pronto de vuelta.

El viaje ha empezado ya.

B.S: Devendra Banhart. Mala.

«Me bajo del avión, me pinto, me visto y pum, ya estoy».

Preparación al viaje

Los que bien me conocen ya saben que esta va a ser la parte más complicada de mi viaje, puesto que siempre he sido un verdadero desastre en temas de organización. He empezado por lo más obvio: billete, visado, tarjetas, seguro de viaje y médico, guías en proceso de estudio, cita con la Fundación ( hasta que no me den su permiso, no los puedo citar), ropa, kit antimosquitos deboradores, medicinas, vacunas… Esta parte parece eterna, sumada a mis nervios e imprevistos que florecen a última hora, ya llevo algún que otro soponcio del que nadie que me conozca se extrañará. La parte positiva es que estoy aprendiendo mucho de trámites y búsqueda de recursos, conociendo a gente maravillosa, gracias a Belinda y a Mercedes por sus consejos y brillantes ideas, ha sido un placer coincidir con vosotras en esta etapa como mujer viajera.

«¡Viva la preparación y la organización del viaje!» me repito una y otra vez, espero convencerme pronto de ello.

Y mil gracias a todos los que me estáis apoyando, el final se está haciendo duro, pero con vuestra ayuda  podré cumplir uno de esos proyectos vitales que no quiero tachar de la lista.

Preparación al viaje